Políticas públicas para una igualdad REAL.

Cuando me enfrenté al reto que supone el Módulo 3, ya que no soy una experta en el tema y no sabía ni por dónde empezar, acudí a la página de la Junta de Castilla y León, ya que es la Comunidad Autónoma donde resido.

Descargué el “Plan Estratégico para la Igualdad de Género 2022-2025” y ¿qué me encontré? Con nada, sinceramente, todo frases hechas y nada en concreto, ninguna medida que de verdad afecte y mejore nuestras vidas ;“adoptar las decisiones y poner en marcha los proyectos más adecuados para la consecución del objetivo último: la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres en la Comunidad de Castilla y León” y así durante 84 páginas… como no sabía ni por donde afrontarlo he decidido acudir a lo que parece más obvio pero que sinceramente me parece un hito camino a la igualdad.

Tal vez porque me he visto afectada por ello, el permiso por nacimiento y cuidado de menor, que solo es igual para ambos progenitores desde el año 2021, lo que me parece absolutamente surrealista. Como es surrealista que sea algo que me ha afectado sin siquiera ser madre.

Si echamos la vista atrás el permiso de paternidad tiene su origen en 2007, antes los padres solo tenían un permiso de ¡2 días por nacimiento de hijo!, vamos, que se asumía que eso era cosa de la madre, de la mujer. https://revista.seg-social.es/-/el-permiso-por-nacimiento-y-cuidado-de-menor-ser%C3%A1-de-16-semanas-para-ambos-progenitores-a-partir-de-enero

La verdad es que ha costado un mundo que se iguale y parece ser que el número de hombres que cogen el permiso de manera completa es bastante elevado, aunque no he logrado encontrar la cifra concreta.

Sinceramente considero que es una política pública que de verdad influye en nuestras vidas, incluso en las de las mujeres que no somos madres, que si me dejo llevar por el optimismo creo que puede cambiar la sociedad.

Desde la "corresponsabilidad" en la crianza de los hijos hasta que el ser madre deje de ser un "lastre" para la carrera profesional de la mujer, por muy feo que suene.

Durante muchos años me quejé de que el permiso por paternidad no fuera igual al de maternidad, de manera egoísta, lo reconozco, no me quejaba de manera altruista. Me quejaba porque eso nos volvía a las mujeres inmediatamente en menos rentables a los ojos de una empresa, daba igual lo buenas que fuéramos en lo nuestro, que tuviéramos la misma formación, en la cabeza del que calcula la rentabilidad, incluso de las personas, no salíamos a cuenta frente a un hombre.

Puedo decir sin mentir que en absolutamente TODAS las entrevistas de trabajo que he realizado, en todo momento me refiero al sector privado, me han preguntado si pensaba ser madre, si entraba en mis planes cercanos o lejanos, si tenía pareja, preguntas que dudo mucho se le realicen a un hombre. Que sí, se supone que no te lo pueden preguntar, pero ¿realmente alguien que quiera trabajar en el sector va a denunciar esto? No, porque quieres trabajar, porque no quieres que te tachen de conflictiva o de dramática.

Por eso considero que es tan importante este permiso, porque lo más importante para alcanzar la igualdad es que todos juguemos con las mismas cartas.

Claro que queda el otro gran escollo, en punto flaco de esta medida y es que el permiso por nacimiento no lo es todo, la responsabilidad de un hijo no acaba con sus primeros meses de existencia: El número de excedencias por cuidado de familiar asciende a 24.942, de las cuales el 84,5% son solicitadas por mujeres. (https://www.inclusion.gob.es/w/la-seguridad-social-ha-tramitado-231.775-permisos-por-nacimiento-y-cuidado-de-menor-en-el-primer-semestre-del-ano) Quien dice excedencia por cuidado de hijo o por cuidado de un familiar enfermo, en ambos casos los datos hablan por sí solos.

Claro que el Estado no puede obligar a que alguien solicite contra su voluntad una excedencia por cuidado de familiar, eso requiere un cambio más profundo en la sociedad. No puede obligarse pero tal vez puede incentivarse.

Incluso Suecia, que siempre se usa de ejemplo de políticas de igualdad, pionera en los permisos generosos por nacimiento de hijo, tiene su trasfondo; el programa sueco permite que ambos progenitores se repartan 480 días de permiso subsidiado para hacerse cargo de los niños y reciben una bonificación para que el reparto de la baja sea igualitario. Pero pese a esos incentivos, solo el 14 % de los padres suecos la comparten al 50 % con su pareja.

Supongo que las políticas públicas ayudan a alcanzar la igualdad, pero es indispensable un cambio profundo en las mentalidades y eso no es precisamente fácil y requiere su tiempo. Eso si, los pequeños empujones e incentivos nunca están de más.

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